En el relato bíblico de la crucifixión de Jesús de Nazaret, se registran siete frases pronunciadas por él mientras estaba en la cruz. Entre estas palabras finales se encuentra una que resuena con profundidad y significado: “Consumado es”. Estas palabras, pronunciadas en arameo según el evangelio de Juan, capítulo 19, versículo 30, son traducidas al español como “Está terminado” o “Todo está cumplido”.

Sin embargo, para captar la riqueza completa del significado detrás de esta declaración, es esencial examinarla en su contexto original y comprender su significado en griego, el idioma en el que se escribió el Nuevo Testamento.

Traducción en griego

La frase “Consumado es” se deriva de la palabra griega “τετέλεσται” (tetelestai), que es un tiempo perfecto del verbo “teleo”. En la lengua griega, el verbo “teleo” implica la idea de completar una tarea, llevar algo a su plenitud o cumplir un propósito específico. Pero su significado trasciende la mera terminación de una tarea; implica la realización total de un plan divino o un propósito supremo.

En aquella época, la gente común usaba esta palabra para indicar que habían pagado una deuda por completo o que habían cumplido un contrato en su totalidad.

Cuando Jesús proclamó “Consumado es”, estaba haciendo una declaración de gran alcance sobre el cumplimiento de su misión redentora en la tierra.

Jesús había estado llevando a cabo el plan de salvación para la humanidad desde el momento en que las profecías del Antiguo Testamento lo anunciaron, pasando por su encarnación, su ministerio terrenal y, finalmente, su crucifixión.

Su muerte en la cruz no fue un final abrupto, sino el punto culminante de este plan divino, donde se logró la expiación completa por los pecados de la humanidad.

La deuda

La palabra “tetelestai” también tiene connotaciones legales. En el contexto del mundo antiguo, las personas utilizaban esta palabra en documentos legales para indicar que habían pagado una deuda en su totalidad. De manera similar, Jesús proclamaba que había pagado por completo la deuda del pecado al decir “Consumado es”. Su sacrificio en la cruz fue el precio final y completo requerido para redimir a la humanidad y reconciliarla con Dios.

Además, el tiempo gramatical del verbo “teleo” en este contexto es significativo. El uso del tiempo perfecto indica que la acción realizada (es decir, la consumación de la obra de Jesús en la cruz) tiene efectos continuos en el presente y para siempre.

No es simplemente un evento pasado, sino una realidad eterna que sigue siendo relevante en la vida de cada individuo y en la historia de la humanidad.

Usos de “Tetelestai” en el Nuevo Testamento

El término “tetelestai” también se encuentra en otras partes del Nuevo Testamento, donde se utiliza en un contexto similar de cumplimiento y realización.

Por ejemplo, en el Evangelio de Juan, en el relato de la Última Cena, Jesús utiliza esta palabra al terminar de lavar los pies de sus discípulos, simbolizando su obra de servicio y amor sacrificial (Juan 13:1-17).

Asimismo, el apóstol Pablo emplea esta palabra en sus epístolas para expresar la plenitud de la obra de Cristo y la suficiencia de su gracia redentora (Colosenses 2:13-15).

El significado profundo de “Consumado es” trasciende el idioma y la cultura. Es una declaración que resuena en el corazón humano y trae consuelo, esperanza y salvación a todos los que creen en Jesucristo.

Nos recuerda que la obra de redención de Cristo es completa y perfecta, que su sacrificio en la cruz es suficiente para perdonar nuestros pecados y reconciliarnos con Dios.

Nos invita a confiar en él plenamente y a vivir en la realidad de su victoria sobre el pecado y la muerte.

Conclusión

Las palabras finales de Jesús en la cruz, “Consumado es”, encapsulan el significado más profundo de su vida, ministerio y sacrificio. Son palabras de triunfo, cumplimiento y redención.

Al entender su significado en griego y reflexionar sobre su contexto bíblico, podemos apreciar la plenitud del amor de Dios manifestado en Jesucristo y encontrar esperanza y salvación en él.

Que estas palabras resuenen en nuestros corazones y nos inspiren a vivir en la realidad de la obra consumada de Cristo para la gloria de Dios y el bien de la humanidad.

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